Crónica de la añada 2019
25 enero, 2021Vinos espumosos naturales
4 febrero, 2021Este año 2020 siempre estará marcado por algo tan inesperado, que llegó sin avisar y que nos cambió los cimientos de nuestros modos de vida. No hace falta hacer mención de todo lo que el COVID-19 ha supuesto, con sus cosas buenas y sus cosas malas… Ha sido el año donde más hemos estado en el pueblo y donde más cerca hemos estado de nuestras viñas porque todo el confinamiento hemos estado en Alborea. También podemos decir que ha sido el año más incierto que hemos vivido.
Damos gracias porque de salud estamos genial y el resto pasará… así que vamos a lo que nos interesa, las viñas y los vinos…
Fue un inicio de año marcado por una buena nevada en enero (que no cuajó como filomena, pero si cayó bastante nieve) y el típico frío de influencia de la meseta que nos visita cada año entre enero y febrero. Entre feria y feria, nos pilló el toro de la poda porque con la llegada del confinamiento nos quedamos sin ayuda en el campo, así que la tuvimos que terminar tardíamente nosotros solos bien entrado abril.
Y mientras sarmentábamos con la viña ya brotada (algo que no nos gusta nada), no paraba de llover. No recordamos una primavera tan lluviosa desde hacía años y ello tuvo sus consecuencias… Cuando llego el calor y empezaron las famosas desescaladas, la naturaleza irrumpió con fuerza. Había descansado de nuestra presencia humana por unas semanas, se había cargado de agua y fuerza, y nos regaló una intensidad tremenda, preciosos paisajes, grandes floraciones, bonitos verdes, … Como nosotros no estamos acostumbrados a estas cosas por estos lares, nos complicó bastante el manejo de la vegetación. Tuvimos que comprarnos una desbrozadora para poder meterle mano a los campos, ¡las hierbas eran más grandes que las cepas! y eso augura problemas de hongos.
Y esos hongos llegaron, ¡vamos que si llegaron! Como nunca habíamos visto antes. Mildiu incontrolable que atacaba primero a hoja, luego a floración, luego a bayas, después a raquis, de nuevo a hoja… racimos enteros secos, plantas enteras sin producción y un trabajo continuo y angustioso de poda en verde. Tratamientos ecológicos para intentar frenar la epidemia… por suerte esto solo ocurrió en 2 parcelas de Tardana que tenemos junto al río Cabriel, el resto de viñas lo pasaron mejor… y luego llego el Sol y el desconfinamiento y todo empezó a volver a esa ‘nueva normalidad’ que nos contaban en la tele.
Con la incertidumbre del qué pasará con las ventas, con las cuadrillas de vendimia, con el colegio de los niños, decidimos dar un paso al frente: embotellar toda la añada 2019 que teníamos en bodega y mantener la producción porque nuestros viticultores se merecen una continuidad, porque nuestro proyecto nace para salvar viñas, porque queremos poner en valor nuestra zona y para eso hay que estar al pie del cañón también en los momentos difíciles.
Así que preparamos una vendimia con mucha ilusión, cumpliendo de nuevo otro de nuestros sueños, devolverle al karma lo que tanto nos ha dado en nuestras vendimias en otras bodegas, y formamos un equipo de vendimia, con los mismos de siempre y con 2 incorporaciones nuevas: Antoni un ‘chico de prácticas’ no tan jovencito y Pierre un francés del Loira que vendía nuestros vinos en un bar de Londres… y podemos decir que fue genial. Compramos una mesa de jardín, la pusimos en el patio de la bodega y creamos un grupo burbuja. Pudimos disfrutar de grandes días, buenos tastings, largas comidas y buenos momentos. Sobre las uvas y los vinos, con este ambiente, solo pueden ir bien.
La añada 2020 finalmente nos dio una alegría, con mucha sanidad, buena maduración y ricas uvas. Los vinos seguirán la estela marcada en años anteriores de más frescura y finura. Vamos entendiendo cada vez más nuestras parcelas e identificando vino-suelo con más precisión, esperamos que os gusten…
Silvia Araque
Ingeniero Técnico Agrícola
Flores de Bach – Astróloga
Maestra de Reiki – Registros Akáshicos